Un grande: Gustavo

El tenista cordobés ganó su cuarto Grand Slam en el circuito y desde el lunes volverá a ser el número 1 del planeta. Inmensa carrera para él. 

El cordobés Gustavo "Lobito" Fernández  se coronó campeón de Roland Garros en tenis adaptado sobre silla de ruedas, tras imponerse este sábado en la final sobre el británico Gordon Reid por un cómodo 6-1 y 6-3.
Fernández, nacido en Río Tercero hace 25 años, conquistó por segunda vez en su carrera el Grand Slam parisino, ya que también se había coronado en 2016, y estuvo muy cerca en otras dos ocasiones, cuando perdió las finales de 2017 y 2018.
Además, el "Lobito" estiró a cuatro su cosecha de "Grandes" puesto que se había coronado en las ediciones 2017 y 2019 del abierto de Australia.

En su camino al título, Fernández superó en cuartos de final al sueco Stefan Olsson por 4-6, 6-1 y 6-1, en semifinales al británico Afie Hewett por 6-1 y 6-2, y finalmente a Reid en la definición.
El tenista de Río Tercero había insinuado que podía conquistar Roland Garros, ya que en la gira previa sobre polvo de ladrillo ganó el abierto de Roma, tras imponerse en la final sobre elfrancés Stephane Houdet por 7-5 y 6-2.

Gustavo Fernández habló con ESPN luego de su triunfazo y contó esa emoción que lo invade.
“No tengo ni idea (de cómo se siente). Estoy procesando lo que pasó. Se me había renegado bastante (sic), fueron dos años seguidos (con derrotas en esas finales) jugando bien… entonces ahora es una emoción enorme”.
“El rastrojero (como se decía él), arrancó bien y no paró, ja. Es bueno eso. Jugué un partidazo. Él no venía bien, pero es un jugadorazo, muy peligroso, que sabe cómo jugar estos partidos. Había que estar muy enfocado y muy consiente en hacer mi juego y en lo que yo sabía que a él le hacía daño”.
“Ganar un Grand Slam de esta forma es una sensación que la guardaría en un frasquito y la dejaría en la mesita de luz para toda la vida”.

Y en la nota le dijeron que el triunfo tiene “yapa”: ser número 1 del mundo otra vez.
“Sí, sí, no lo quería ni decir… por eso te digo, no lo procesé... Es demasiado grande todo. Estoy con la adrenalina demasiado alta como para procesarlo. Es una felicidad enorme”.