Cambio climático: pesimismo extremo en el último informe de la ONU

El informe preparado para la próxima cumbre mundial refleja que desde los acuerdos de París, en lugar de avanzar, se ha retrocedido.

Los líderes mundiales se preparan para reunirse en Madrid la próxima semana a negociar cómo evitar una catástrofe climática. El contexto no es bueno: la última evaluación de Naciones Unidas, presentada este martes, afirma que las emisiones de gases de efecto invernadero siguen aumentando peligrosamente.
“Los resultados resumidos son sombríos”, dice la evaluación anual, que es elaborada por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y que se conoce formalmente como el informe de emisiones GAP. Los países no han logrado frenar el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero a pesar de las repetidas advertencias de los científicos, con China y Estados Unidos, los dos mayores contaminantes del mundo, aumentando aún más sus emisiones el año pasado.
El resultado es que “ahora se requieren cortes más profundos y más rápidos”, agrega el estudio.
Como para subrayar la diferencia entre realidad y diplomacia, las negociaciones internacionales sobre el clima que comenzarán la próxima semana, ni siquiera están diseñados para obtener compromisos de los líderes mundiales para reducir las emisiones de sus países. Esos compromisos se prevén recién para la cumbre en 2021.
Por el contrario, las reuniones de este año tienen la intención de elaborar las últimas reglas restantes sobre cómo implementar el acuerdo climático de París 2015, en el que cada país se comprometió a controlar los gases de efecto invernadero y cada uno estableció sus propios objetivos y calendarios.
“Madrid es una oportunidad para seguir el rumbo y obtener la velocidad y la trayectoria correctas”, dijo Rachel Kyte, ex diplomática climática de las Naciones Unidas que ahora es decana de la Escuela Fletcher de la Universidad de Tufts. “Lo que hace el GAP es eliminar cualquier intento de negación de la necesidad de compromisos inmediatos”.
Los 20 países más ricos del mundo, responsables de más de las tres cuartas partes de las emisiones mundiales, deben dar los pasos más significativos y urgentes para alejarse de los combustibles fósiles, enfatizó el informe. Sin embargo, el país más rico de todos, Estados Unidos, ha comenzado formalmente el proceso para retirarse del acuerdo de París .
Según la evaluación anual, las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero han aumentado un 1,5 por ciento cada año durante la última década. Si el mundo quiere evitar los peores efectos del cambio climático, incluidas sequías más intensas, tormentas más fuertes y hambre generalizada el proceso debería ser exactamente inverso. Para mantenerse dentro de límites relativamente seguros, las emisiones deben disminuir bruscamente, un 7,6 por ciento cada año, entre 2020 y 2030, advierte el informe.
Por separado, la Organización Meteorológica Mundial informó el lunes que las emisiones de los tres principales gases de efecto invernadero (dióxido de carbono, metano y óxido nitroso) se han incrementado en la atmósfera desde mediados del siglo XVIII.
“Estamos caminando dormidos hacia una catástrofe climática y necesitamos despertar y tomar medidas urgentes”, dijo Alden Meyer, director de política y estrategia de la Unión de Científicos Preocupados, en una llamada telefónica con los periodistas el martes después de la publicación del informe.
Incluso si todos los países cumplen sus compromisos actuales en virtud del Acuerdo de París – y muchos, incluidos los Estados Unidos, Brasil y Australia, han anunciado que no lo harán- el Informe señala que las temperaturas promedio están en camino de aumentar en 3.2 grados Celsius sobre la temperatura media de referencia al comienzo de la era industrial.
Según los modelos científicos, este grado de incremento en la temperatura aumenta drásticamente la probabilidad de eventos climáticos extremos, el derretimiento acelerado de los glaciares y la marejada, lo que pone en peligro la vida de miles de millones de personas.
El Acuerdo de París resolvió mantener el aumento de las temperaturas globales por debajo de los 2 grados centígrados; el año pasado, un panel de científicos respaldado por las Naciones Unidas dijo que el límite más seguro era mantenerlo en un incremento máximo todavía menor: 1.5 grados centígrados.
Lo cierto es que, en la medida en que no se retroceda drásticamente con el uso de combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón), la perspectiva de conseguir estos objetivos se transforma cada vez más en una cuestión utópica y las utopías de la ciencia ficción, con catástrofes de destrucción mundial, parecen ser cada vez más reales